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Si
observamos atentamente la primera lámina del Tarot, no tardaremos en reconocer
que la disposición del mago en la figura, responde perfectamente a la
configuración de la letra aleph. Si ahora aplicamos al estudio de esta lámina
los principios que determinan el simbolismo, según lo expusimos en nuestro
Tratado Elemental de Ciencias Ocultas, recibiremos nuevas enseñanzas.
En la parte superior de la
figura puede verse el signo divino de la vida universal, situado sobre la
cabeza del mago. La parte inferior representa a la tierra ornamentada con sus
productos, símbolo de la naturaleza. La parte media está ocupada por el
hombre, situado detrás de una mesa sobre la que descansan diversos objetos.
La
derecha y la izquierda de la figura está ocupada por las manos del mago, de las
cuales una señala la tierra y la otra el cielo. La posición de estas dos manos
representa los dos principios, activo y pasivo, del Gran Todo y corresponde a
las dos columnas (Jakin y Bohas) del templo de Salomón y de la Masonería.
Con
una mano el hombre busca a Dios en el cielo, mientras que hunde la otra en lo
inferior para elevar el demonio hasta sí, con lo que reúne en lo humano, lo
divino y lo diabólico. Es así como el Tarot nos muestra la universal función
mediadora acordada al Adan-Kadmon. Si ahora queremos resumir el sentido
simbólico determinado en lo que precede, podremos disponerlo así:
DERECHA Parte
Superior Divino Cabeza IZQUIERDA
(Brazo bajado) Parte media Humano Cuerpo (Brazo
levantado)
Necesidad Libertad
Mal Parte inferior Natural Pie Bien
Mas el simbolismo de esta
primera lámina del Tarot no se detiene aquí. El mago oprime en la mano
levantada la varita mágica; delante de él están colocados los cuatro grandes
símbolos del Tarot: la Copa, la Espada, los Oros o talismanes y el Basto
(figurado por la varita que el mago lleva en la mano). Estos cuatro símbolos
corresponden exactamente a las letras del tetragrama:
Bastos
o iod, símbolo del principio activo por excelencia y de Dios.
Copas
o hé, símbolo del principio pasivo por excelencia o del Universo.
Espadas,
cruz o vau, símbolo del principio equilibrante por excelencia o del hombre.
Oros
o 2a hé, símbolo cíclico de la eternidad que reúne los tres primeros
principios en un todo único.
Desde el punto de vista
humano estos símbolos corresponden a las cuatro grandes castas sociales.
Los
hombres de iod o los inventores, los productores, la nobleza de la
inteligencia.
Los
hombres de hé, o los depositarios de las grandes verdades descubiertas por los
hombres de iod: los sabios, los jueces, la nobleza de toga.
Los
hombres de vau o los guardianes y defensores de los precedentes: los
guerreros, la nobleza de espada.
Los
hombres de la 2a hé, la multitud entre la cual se reclutan en todo
momento las otras castas: el pueblo.
Los
cuatro grandes símbolos están situados al azar sobre la mesa, el hombre debe
dominarlos y ordenarlos; en el arcano 22 veremos estos símbolos ordenados en
cruz.
En
efecto, sabemos que la primera lámina del Tarot se completa con la 21 (21 más 1
igual a 22); vemos entonces que si la primera lámina representa el
"microcosmo", la última representará el "macrocosmo"; y la
undécima lámina que ejerce la función de enlace universal entre todas las
complementarias del Tarot, representará la "Corriente Universal
Reflejada" que sirve de enlace entre los mundos. Mas no nos anticipemos y
volvamos a nuestro primer arcano.
Este
símbolo es el primero del Tarot y lleva el nombre característico de: la
unidad.
La
unidad-principio, cuyo origen es impenetrable para el hombre, es el comienzo
de toda cosa. No podemos alcanzar el origen de esta causa primera, que nos
contentamos con afirmar, de acuerdo a la ley de analogía, según los versos de
Eliphas Levi:
Creo en lo desconocido que Dios personifica,
Probado por el ser y por la inmensidad
Ideal suprahumano de la filosofía,
Perfecta inteligencia y suprema bondad.
Si
no podemos alcanzar este desconocido en su principio, por lo menos nos es
permitido seguirlo en sus consecuencias; por lo tanto nuestro estudio se
limitará al desarrollo de la unidad-principio en creación, según lo enseña la
cosmografía de la antigua iniciación.
Dios,
el hombre y el Universo serán, en consecuencia, el triple sentido de nuestra
primera lámina. Añadiremos algunas palabras respecto de la aplicación de estos
antecedentes a las otras láminas del Tarot.
EXTENSIÓN DE LOS TRES GRANDES
PRINCIPIOS AL TAROT
El
triple sentido de la primera lámina representa respectivamente:
El
creador o iod El receptor o hé El transformador o vau
En
fin, la transición a la 2a hé, que no consideraremos. Mas la primera
lámina del Tarot, considerada en su conjunto, representa al creador o iod; la
segunda lámina, considerada según el mismo punto de vista, representará entonces
al receptor o hé, y la tercera al transformador o vau. Cada una de ellas
mostrará además los cuatro aspectos en "iod, hé, vau, hé", de la idea
que expresa.
Lo
que es verdadero para el ternario lo será también para el septenario, y si el
primer septenario, tomado en su conjunto, representa al creador, el segundo
septenario representará al receptor y el tercero al transformador. En fin, el
ternario transición representará el
retorno de los efectos en las causas y en consecuencia en el principio.
Resumamos
todo esto diciendo:
1
septenario: Dios
2
septenario: El hombre
3
septenario: El Universo
Además
cada uno de estos elementos se halla contenido en los dos restantes en todos
los puntos de su manifestación.
RESUMEN GENERAL
Nos
queda por resumir las diversas acepciones de la primera lámina en un cuadro
general. Como cada una de las láminas del Tarot tendrá también su
correspondiente resumen, nos parece útil explicar el plan que seguimos en esta
exposición.
En
la parte superior del cuadro se hallará el número y la letra hebraica
correspondiente a la lámina. En la parte inferior el nombre vulgar usado en el
Tarot.
En
la parte derecha se hallarán las significaciones en los tres mundos:
divino,
humano y
material.
Al
final de estas tres significaciones se hallará la clave absoluta de cada
lámina, de acuerdo con el cuadro de transformaciones del nombre "iod hé
vau hé". Las letras hebreas situadas sobre la línea superior de esta
clave, indican el origen de la lámina considerada; las letras hebreas situadas
debajo indican el sentido exacto de la lámina.1.- ALEPH
1- ALEPH 
EL MAGO
RELACIONES:
JEROGLÍFICO
PRIMITIVO: El hombre
CÁBALA: Kether
ASTRONOMÍA: (sin
relaciones)
ARCHEÓMETRO: (ver el
Tarot Adivinatorio)
SIGNIFICADOS:
CLAVE DE LÁMINA: iod – iod
El creador divino o Dios el padre
DIOS
El padre
OSIRIS
iod de iod
iod-iod
El conservador divino
EL HOMBRE
ADÁN
hé de iod
iod-iod
El transformador divino
EL UNIVERSO
ACTIVO
LA NATURA
NATURANTE
vau de iod
iod-iod
2°
LETRA HEBRAICA (BETH)

ORIGEN DEL SIMBOLISMO
DE LA SEGUNDA LÁMINA DEL TAROT
La beth
expresa, jeroglíficamente, la boca del hombre como órgano de la palabra. La
palabra es una elaboración interior del ser. Por esto la beth representa todo
lo que es interior, central, tal como una habitación adonde podemos aislarnos
sin ser molestados.
De
aquí las ideas de Santuario, mansión inviolable del hombre y de Dios. Además,
la beth expresa también toda producción emanada de esta misteriosa morada,
toda acción interior y activa; de aquí las ideas de enseñanza, de elevada
ciencia, de ley, de gnosis, de ciencia oculta o cábala.
La beth
corresponde al número 2 y astronómicamente a la luna. Este nombre es el que ha
dado nacimiento a todas las significaciones "pasivas" emanadas del
binario, de donde las ideas de reflejo, de mujer aplicado a la luna por
referencia al sol y a la mujer por referencia al hombre.
LA SEGUNDA LÁMINA
DEL TAROT
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