Los números y las operaciones teosóficas — Significado de los nú­meros.

LOS NÚMEROS

El concepto que se tenía de los números en la antigüedad es casi desconocido en nuestros días.

Considerando que la unidad es el término constante que inter­viene en la formación de la cantidad, cualquiera que ésta sea, los antiguos veían en el número la expresión de leyes absolutas. De aquí la veneración por el número 3 y el 4, perfectamente incompren­sible para nuestros matemáticos.

Es evidente que si los antiguos no hubieran conocido otras ope­raciones numéricas que las usadas en nuestros días carecerían de explicación las ideas enseñadas en las universidades de la India, de Egipto y de Grecia.

¿Cuáles son, pues, estas operaciones, desconocidas por nuestros sabios?

Dos: la reducción y la adición teosófica.

Estas operaciones se dicen teosóficas, porque nos introducen en el mundo de las "leyes esenciales" de la naturaleza.

Estas enseñanzas formaban la base de la instrucción secreta y oral que se trasmitía a determinadas personas predispuestas, y se les daba el nombre característico de "Esoterismo".

1° REDUCCIÓN TEOSÓFICA

La reducción teosófica consiste en reducir a un solo dígito las cifras que entran en la composición de un número dado, tal como se verá en los ejemplos siguientes:

10 = 1 + O = 1

11 = 1 + 1 = 2

12 = 1 + 2 = 3

126 =1+2+6=9

2488 =2+4+8=22=2+2=4

Estas operaciones corresponden a lo que llamamos hoy "la prue­ba del nueve".

2° ADICIÓN TEOSÓFICA

La adición teosófica consiste en sumar aritméticamente la se­rie natural de los números, comenzando por la unidad, hasta incluir el número propuesto. Por ejemplo, el número 4 será igual a:

1+2+3+4=10

El número 7 igual a   1+2+3+4+5+6+7= 28   igual  2 + 8 = 10.

El 12 igual a    1+2+3+4+5+6+7+8+9+10+11+12 = 78.

Reducción y adición teosóficas son las dos operaciones que de­ben dominarse para comprender la antigüedad.

Apliquemos estos procedimientos a cualquier número, para des­cubrir la ley que rige su progresión.

La reducción teosófica nos muestra inmediatamente que todos los números se reducen a los nueve primeros dígitos de la serie na­tural.

Mas esta consideración no es todavía suficiente; una observa­ción más atenta nos traerá nuevas luces.

Tenemos que los números 1, 4, 7 y 10 son iguales a 1 puesto que 1=1.

4=1+2+3+4=1

7=1+2+3+4+5+6+7= 28 =2+8= 10 =1

10=1

De manera que el dígito 1 se reproduce después de la serie de cada tres, esto es:

1.      2.     3.                           4.         5.         6.

4  =  10  = 1                            7   =   28   = 10   = 1

Se podría escribir, por lo tanto:

1.         2.         3.

         (1)

4.         5.         6.

         (1) etc.

De la precedente consideración, resulta:

1°, que todos los números reproducen, en su evolución, los cuatro primeros;

29, que el último número de los cuatro considerados, esto es el N9 4, repre­sentará la unidad en una octava diferente.

La serie de los números puede entonces escribirse así:

1.         2.         3.                                13.       14.       15.

4.         5.         6.                                16.       17.       18.      

7.         8.         9.                                19. etc.

10.       11.       12.

Observemos que los números 4, 7, 10, 13, 16, 19, etc., represen­tan diferentes concepciones de la unidad, tal como lo prueba la adición y reducción teosófica de los mismos.

1=1

4=1+2+3+4= 10 =1

7=1+2+3+4+5+6+7=

28=2+8= 10 =1

10 = 1

13 =4=1+2+3+4= 10 =1

16=7=1+2+3+4+5+6+7=28+10=1

19 = 10 = 1 etc., etc.

Se comprueba entonces que después de cada tres cifras la serie vuelve bruscamente a la unidad, mientras que lo hace en forma pro­gresiva entre las dos intermediarias.

Repitamos una vez más que el conocimiento y el estudio de las leyes que rigen las cantidades, en la forma que acabamos de hacerlo, nos da la clave de las ciencias ocultas.

Resumiendo: todas las cantidades pueden ser reducidas a la se­rie de los cuatro primeros dígitos, dispuestos en el orden siguiente:

1.         2.         3.

4.

Valor de los doce primeros números que da la clave de la ci­fra (78) correspondiente a las cartas del Tarot:

1   =  1

2   =  1 + 2 = 3

3   =  1 + 2 + 3 = 6

4   =  1 + 2 + 3 + 4 = 10

5   =  1 + 2 + 3 + 4 + = 15

6   =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 = 21

7   =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28

8   =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 = 36

9   =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 = 45

10 =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 = 55

11 =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 + 11 = 66

12 =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 + 11 + 12 = 78

SIGNIFICADO DE LOS NÚMEROS

Sin embargo no se detienen aquí las enseñanzas de la ciencia antigua sobre los números, todavía se les atribuía un significado personal; y como hemos reducido a los cuatro primeros la serie de todos los números, nos bastará conocer el atribuido a cada uno de aquellos cuatro. La unidad representa el principio creador de los números, puesto que todo emana de ella. Es el principio activo por excelencia.

Mas la unidad sola nada puede producir, salvo oponiéndose a sí misma (1 + de aquí nace la dualidad representada por el dos (principio pasivo por excelencia).

De la unión de la unidad y de la dualidad nace el tercer prin­cipio, que reúne los dos opuestos en una común neutralidad:

1 + 2 = 3

Tres representa, por lo tanto, el principio neutro por excelencia.

Pero estos tres principios se reúnen en el cuarto, el cual ven­drá a ser un nuevo aspecto de la unidad, en carácter de "principio activo".

La ley que rige estos principios será entonces la siguiente:

Unidad o vuelta a la                   Oposición,                 Acción de la oposición

unidad                         Antagonismo                      sobre la unidad

_____________________________________________________________

Activo                              Pasivo                                Neutro

    1                                      2                                        3

Activo                                Etc.

    4


A la memoria de Georges Montiere.